Primera Comunión de Ana

Ayer 12 de mayo Ana hizo la Primera Comunión y su abuela y su tía (que soy yo) decidimos regalarle, de sorpresa, esta muñeca. La abuela confeccionó todo el vestido y la tía el resto. No hay que decir que le gustó mucho, aunque fue uno de los muchos regalos que recibió en ese día tan especial.

¿Qué os parece?
Ni que decir tiene que Ana estaba preciosa con su vestido, parecía una princesa de las de cuento, y no es pasión de tía porque todos los asistentes opinaban igual, igual que yo.
Besazos de Primera Comunión.

El cuarto de los juguetes

A mis sobrinas les chiflan los juguetes y yo no me pude sustraer a la tentación de crear para ellas este cuarto de juguetes en punto de cruz. Así, cuando sean mayores y renieguen de ellos (aunque Raquel y Ana dicen que jamás se desprenderán de ninguno de sus muñecos), siempre les quedará este recuerdo (gracias a la pesada de su tía).

Bruja más que bruja

Pues sí, mi hermana es una bruja, y no paro de recordárselo, jajajajajaja. 

La verdad es que le encanta que se lo diga de una manera sutil... 

Y como yo siempre estoy dispuesta a decírselo... con un regalo...
se lo dejé por escrito.

 ¿A que fue una buena idea?

El abecedario

En ninguna habitación infantil debería faltar un abecedario, y, por supuesto, en la habitación de mis sobrinas tenía que ocupar un sitio privilegiado. Así que mi cuñado lo colgó enfrente de las literas, para que lo vieran a todas horas. Un día, mi hermana, en su afán de limpieza, levantó tanto la trona del muñeco para limpiar que... le dio tal golpetazo que lo estampó contra el suelo. Qué disgustazo. El cristal se rompió en mil pedazos, naturalmente. Y como se iban de vacaciones y no quería dejarlo así, se le ocurrió poner plástico de forrar libros en vez de un cristal... Y quedó de maravilla. Vamos, que ahí está el plástico... y por muchos años.