Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
y como veía que no se caía,
fue a llamar a otro elefante.
Cuando yo tenía tres o cuatro años, Conchi (que entonces tenía ocho o nueve) me hizo un osito de tela que sacó de un patrón que había en la revista "Bazar". Era azul, con dos botones como ojos, el hocico y la boca, y las patitas bordados. Fue el primer osito que tuve y lo usaba como almohada. Era uno de mis juguetes preferidos. No sé qué fue de él, pero desapareció; y el día que descubrí que ya no estaba en casa, me dio muchísima pena. En uno de mis cumpleaños, ya pasada la adolescencia, Conchi decidió volver a regalarme un muñeco de tela y apareció con este maravilloso elefante de cuadros. Gracias, Conchi.
Ah, y FELICIDADESSSSSSS.
Besos con tarta.
Tu hermana pequeña y preferida (y única).