A mis sobrinas les chiflan los juguetes y yo no me pude sustraer a la tentación de crear para ellas este cuarto de juguetes en punto de cruz. Así, cuando sean mayores y renieguen de ellos (aunque Raquel y Ana dicen que jamás se desprenderán de ninguno de sus muñecos), siempre les quedará este recuerdo (gracias a la pesada de su tía).
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